Bueno toca describir el fin de semana, ha sido bonito y a la vez un sentimiento extraño.
El Viernes pudimos disfrutar de la noche, gracias a la abuela que se quedó con los peques y mi marido y yo salimos a tomar algo y al cine, queríamos ver lo que de verdad importa pero el horario era imposible ir un horario muy temprano para llegar a tiempo a si que elegí 50 sombras, a mi me encantó.
El sábado disfrutemos de un desayuno juntos relajados, que de vez encuando viene bien…
Mis peques disfrutaron de una clase de yoga en el centro de La Tisana, gracias por hacerles disfrutar tanto.
Fui a recogerles y salieron encantados de pasar la noche con la abuela y de su clase de yoga.
Pasamos el resto del día en casa, relajados, ya que el Domingo íbamos a pasa un día en familia, de repente por la tarde, decidí hacer un poco de cambio en mi pelo y decidí cortarlo uno poco, a atrevida creo que no me gana mucha gente, jajaja, bueno al final no quedó tan mal.
El Domingo mi suegro cumpliría sus 64 años, mi hijo y yo nos levantamos y nos fuimos a la misa de los domingos ya que el año que viene hará la comunión y le gusta asistir con su catequista a la misa, me vino bien, sentirme en calma, le pusimos una vela al abuelo que tuviera luz un pequeño regalo de su nieto para que allá donde esté nos cuide.
Nos arreglamos para irnos a la comida con la familia, y sentía que no me apetecía celebrar nada, pero bueno ya el plan estaba echo…
Cuando llegamos al restaurante, fui animando un poco, hablando con la familia y disfrutando de la comida, mis peques lo pasaron genial y la verdad que con verles disfrutar a ellos yo estaba disfrutando.
Conclusión, que si no disfrutamos del día la vida no tiene sentido, aunque a veces sea difícil de llevar.
La familia Ruiz aunque con algunos ausentes que no pudieron asistir.
La tía Inma jugando con los peques…
Mi nuevo look jajaja…